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Edgar [...]
Berthe [...]

Nunca pensaste en eso. Pero la verdad puede resultar triste. ¿En qué anda?... ¿Conmigo? Tengo papeles que firmar. Texto de una placa: “Aquí, el oficial de paz Revel fue baleado por los Alemanes...” No entiendo a los abogados. Necesito gente para este proyecto. No me gusta ese mundo. Lo mismo digo. Estoy lleno de dudas. ¿Caminamos? De todos modos tengo que caminar a casa. Se cansará antes que yo. No deberían decirlo de esa manera. Ni oficial, ni paz, ni alemanes. Durante las discusiones, las personas suelen decir cosas con las que no están de acuerdo, entonces se preguntan: - “¿Y vos? ¿Qué estás haciendo acá?” El otro responde – “Esa es otra historia”- Pero nunca cuentan esa otra historia. Nunca comienzan por ahí. Tal vez porque tiene que ser contada de otra manera, y no tienen las agallas para hacerlo. Eso es lo que ocurrió con mis padres. Se suicidaron. No sé mi madre, pero mi padre dejó una carta. Él nunca dijo “globalización”, decía “el campo universal”. Yo tenía 5 años. Nací 3 años antes de Mayo del ’68...¿En qué estás pensando? En la fortaleza vacía. Eso suena familiar. Estaba pensando en la Unión de Comercio comunista. No hay vacío. Siempre hay una voz en algún lugar. ¿Y el silencio? Aún en el silencio. ¿Y la muerte? No hay muerte. Cuando llega siempre hay un sentimiento de pertenencia. Cuando hablaba de la fortaleza vacía, en realidad estaba pensando en las luchas obreras y lo efímero. Realmente, no hemos hablado sobre tu proyecto. Sigue dejando en blanco parte del camino. Pero, ¿que parte? La que va de la niñez a la vejez. ¿Te referís a la edad adulta? Si querés... ¿Estoy equivocada o no tenés hijos? No, es cierto, vivo solo. ¿Y vos? Tengo un hijo de 3 años. ¿Después que te casaste? Mi novio me dejó. Desde nuestra separación, y cuando pienso en ello sólo desde ese momento, las cosas han empezado a tener sentido. Lo que decís es interesante. El comienzo. El final. (sonido de calle) No tu historia o la mía. Sino que sin importar lo que ocurra, nuestra historia, aunque no seamos conocidos. Cuando nos encontramos en Bretaña y charlamos algo, no tenías nada que decir sobre lo que estaba ocurriendo. Aunque no te involucrara, ¿cómo te sentiste realmente? Me refiero al origen del problema. Creo que tenías razón. Los americanos no tienen un pasado real. Los del norte. No los mejicanos. No Brasil. Sí, los americanos del norte. No tienen memoria propia. Sus máquinas sí, pero ninguna personal. Así que compran el pasado de otros, especialmente de aquellos que se resisten o venden imágenes parlantes, pero una imagen nunca habla. (sonido de calle) Eso es lo que quieren. Estoy de acuerdo con vos. Cuando pienso en algo, en realidad estoy pensando en algo diferente. Sólo podés pensar en algo, si pensás en algo distinto. Por ejemplo, cuando ves un paisaje nuevo para vos, en realidad es nuevo para vos porque mentalmente lo estás comparando con otro paisaje. Uno que conocés...¿Es Auteil allá? ¿Hacia abajo por ahí? Era cerca del puente Mirable, en el 52 antes de Cristo, donde el General César cruzó el Sena por la pradera Grenelle para atacar a las tropas galesas de Lutetia. Estaba rodeado de bosques. Lo que aún hoy permanece es el Bois de Boulogne.

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No está muy comunicativo. Estoy pasando por un mal momento. Rompí con mi novia. Estuvimos juntos 10 años. De hecho, es muy raro como los acontecimientos adquieren significado cuando la historia concluye. Es porque la Historia está comenzando, con H mayúscula. El hada tocó al sapo con su varita mágica. De repente, apareció el príncipe. El pasado crea una imagen presente. Cada problema profana un misterio. Por turnos, el problema es profanado por su solución. No es casualidad. ¿Qué quiere decir? Está la entrada de servicio y la entrada principal. Ellos usan la escalera para llegar hasta el departamento del mundo y nos dejan a nosotros la entrada de servicio, señor...Palabras. A través del uso de las palabras podemos darnos cuenta cómo ellas se nos presentan con ideas. El hombre elabora ideas. Es un intrépido creador de ideas. Una situación corriente resulta de esta facultad, señorita. ¿Conoce esa frase de San Agustín: “La medida del amor es amar sin medida?”

 

[Fragmentos seleccionados por Emilio Toibero
y traducidos por Emilio Toibero y Violeta Pagani]